Después de treinta años de debates, la UE dispondrá de un régimen unificado de patentes.
El nuevo sistema, acordado por el Parlamento y el Consejo, reducirá el coste de una patente europea hasta en un 80 por ciento con respecto al método actual, formado por un conjunto de patentes nacionales. Con ello se busca impulsar la competitividad de la UE frente a EE.UU. y Japón. España e Italia han optado por quedar al margen del nuevo sistema por divergencias en el régimen lingüístico.